Descripción
En esta su primera, consistente y aguerrida salida narrativa, la poeta Teresa Vicente ha elegido una colección de cuentos unidos por un tono y una temática de ironía maliciosa, y a veces un punto divertidamente cruel, que tiene muchos ilustres precedentes en la prosa (Crímenes Ejemplares de Max Aub) y más cercanos en el cine (Relatos salvajes de Damián Szifron). Hay, desde siempre, dos tipos de cuentos. Los que nada pretenden, y pasean su pequeño y vivo espejo –sereno, como la luna en las aguas– ante un fragmento de la existencia, como los de Maupassant, Chéjov o Katherine Mansfield. Y los relatos que quieren sorprender al lector, con una revuelta, un giro. Yo prefiero con mucho el primer tipo de cuento.
En este libro Teresa Vicente ha escrito narraciones de las dos clases. Curiosamente, una de las que yo destacaría –llena de resonancias– pertenece a la segunda tradición, que no es mi favorita: El secreto. Pero así son las cosas. Son los misterios de la lectura. Y por eso, por el carácter misterioso de todas las cosas escritas, que ella conoce muy bien, lo señalo en esta «Contracubierta para Teresa».
Pedro García Montalvo
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