De sus días en el mundo, Polidori guarda escasos recuerdos, la mayoría confusos e inconexos. 
Han pasado ya doscientos años y no conserva aquella memoria prodigiosa de sus años de estudiante de
medicina. 
Recuerda una inusual tormenta en Villa Diodati, los diecinueve deliciosos años de Mary Shelley, 
una tenaz ambición por ser literato y un suicidio. 
A las demás informaciones que le llegan hasta allá arriba, acude atónito. No sabe si son ciertas,
si las vio en alguna película, las descubrió en la wikipedia o las leyó en los libros. ¡Se dicen 
tantas cosas! 
Cada tarde, perdidos más allá del mundo, él y sus amigos conversan sobre estos asuntos que no 
recuerdan haber vivido. Hoy les contó que, tal vez, escribió un libro llamado La Estancia. 
Sus amigos lo ignoran. Tampoco Aristóteles recuerda si escribió La Comedia. Y Salieri sigue 
atormentado porque no recuerda haber envenenado nunca a Mozart. 

Clara Kent

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