Todavía recuerdo aquellos veranos en la casa de los abuelos, allá en el pueblo. Pero en especial el año en el que mis diez años me empujaban a vivir aventuras de piratas, princesas…¡Dragones y caballeros!
Mis sueños, aquel día me llevaron a una estancia que nunca antes había visto. Quedé extasiado.
Todavía se me eriza el vello, como aquel glorioso día, al evocar el torrente de sensaciones que experimenté,
Imaginad a aquel retaco vistiendo mis pantalones cortos y sandalias. Blandiendo, brazo en alto, mi majestuosa tizona. Confeccionada con dos palos cruzados, una cuerda, mucha voluntad…y la inestimable ayuda de mi querido «yayo»
Aquel paraíso estaba lleno de libros. De aventuras, de cuentos, historia…Novelas de terror, de ciencia-ficción…
Ahora no escenificaría aventuras. Las viviría a través de la magia que encerraba aquella estancia…y sus libros.
Años después sigo aumentando aquel tesoro con mis propios libros
Eduardo Elías Gómez